El pianista.
Sí, lo se. Es una película viejisima. Pero a veces las buenas enseñanzas solamente te las puede dejar la antiguedad.
La primera vez que ví esta película fue a mis 12 años. Si era bastante chica y lo único que me provocó esta película fue un trauma bastante importante.
Hace mucho tiempo que no la veía, pocas cosas recordaba de ella. Hoy, a los 15 años, pude volver a recordar todo aquello que había olvidado.
Al igual que la película de Anna Frank, esta la vi por una recomendación de Youtube. Pero esta vez no me negué desde un principio como la anterior por mas que supiese de que trataba y en que iba a terminar todo.
No soy de ver películas. Mucho menos películas Nazi. Pero siempre tengo ese no se qué que me impulsan a verlas. Sobre todo, si tienen algo bueno de todo lo malo para dejar.
Desde el minuto uno, ya comencé a sentir el pánico. Se me heló la sangre y no literalmente.
Escribo estos párrafos y se me pone la piel de gallina, me cuesta escribir, porque me viene todo a la mente y no lo puedo sacar. Sentí miedo. Desesperación una vez más.
Admiro el valor de todos los actores que hicieron esta película. Hay que animarse a hacer de alguien que escapa de los soldados Nazi para salvar su vida. Hay que meterse en su propia piel y sentir que es la vida de uno. Algo mas o menos parecido me pasó a mi, pero sentada detrás de una pantalla.
No voy a dar detalles de la película, ni hablar de la historia que narra porque a lo que voy no es a una descripción de la película ni mucho menos.
El pianista, me enseño que pese a las circuntancias no hay que bajar los brazos nunca. Sea cual sea la situación.
Como humanos que somos, lo primero que hacemos es horririzarnos. Es mucho mas facíl tener miedo que valentía. O quizas primero tenemos que sentir ese miedo para despues sacar la fuerza y a veces, pasa.
Escapar como escapo el personaje cada vez que podría haberse muerto o lo podrían haber matado me generó una entera sensación de coraje y el seguir para adelante siempre.
Me sorprendió la cantidad de gente que lo ayudó durante años por el simple hecho de ser el pianista mas conocido de la polonia judía. Y si lo ayudaron, por algo fue. Fue porque aquel muchacho, joven, apuesto y valiente era una buena persona y que lo único que quería era tocar lo que mas le gustaba, el piano.
Si todo esto lo basamos en la realidad (sacando el horror de lo que fue toda la escuderia Nazi) en la vida hay que ser buena persona. No lastimar a otro. Mucho menos subestimarlo.
En la vida hay que ayudar, no dejar de lado. Hay que servir, no pelear.
En la vida hay que saber mirar, no enceguecerse en uno mismo.
En la vida hay que saber apreciar mas todo lo pequeño que hay a nuestro alrededor y menos valorar lo material. Lo vano. Lo que no sirve. Lo que en algún momento se acaba.
Amemos personas, no objetos.
Respetemos no critiquemos.
Apreciemos no descudemos.
Practiquemos la paz y no la venganza.
Permitamonos amar mas y odiar menos.
Mejoremos el mundo en vez de empeorarlo.
Todo en la vida vuelve. Y eso creo que es lo mas real que alguien podria haber dicho o escrito.
Si queremos que las cosas nos vuelvan de la forma en que queremos, seamos mejores personas. Ayuda no nos va a faltar seguro.
Si queremos que las cosas nos vuelvan de la forma mas cruel, sigamos adelante haciendo el mal en el mundo.
Y se perfectamente, que ningun ser existente quiere eso para si mismo.
Esta película me enseño a ser mejor persona de lo que puedo llegar a ser. Todo pasa. De todo se aprende. Y siempre hay que seguir caminando.
La primera vez que ví esta película fue a mis 12 años. Si era bastante chica y lo único que me provocó esta película fue un trauma bastante importante.
Hace mucho tiempo que no la veía, pocas cosas recordaba de ella. Hoy, a los 15 años, pude volver a recordar todo aquello que había olvidado.
Al igual que la película de Anna Frank, esta la vi por una recomendación de Youtube. Pero esta vez no me negué desde un principio como la anterior por mas que supiese de que trataba y en que iba a terminar todo.
No soy de ver películas. Mucho menos películas Nazi. Pero siempre tengo ese no se qué que me impulsan a verlas. Sobre todo, si tienen algo bueno de todo lo malo para dejar.
Desde el minuto uno, ya comencé a sentir el pánico. Se me heló la sangre y no literalmente.
Escribo estos párrafos y se me pone la piel de gallina, me cuesta escribir, porque me viene todo a la mente y no lo puedo sacar. Sentí miedo. Desesperación una vez más.
Admiro el valor de todos los actores que hicieron esta película. Hay que animarse a hacer de alguien que escapa de los soldados Nazi para salvar su vida. Hay que meterse en su propia piel y sentir que es la vida de uno. Algo mas o menos parecido me pasó a mi, pero sentada detrás de una pantalla.
No voy a dar detalles de la película, ni hablar de la historia que narra porque a lo que voy no es a una descripción de la película ni mucho menos.
El pianista, me enseño que pese a las circuntancias no hay que bajar los brazos nunca. Sea cual sea la situación.
Como humanos que somos, lo primero que hacemos es horririzarnos. Es mucho mas facíl tener miedo que valentía. O quizas primero tenemos que sentir ese miedo para despues sacar la fuerza y a veces, pasa.
Escapar como escapo el personaje cada vez que podría haberse muerto o lo podrían haber matado me generó una entera sensación de coraje y el seguir para adelante siempre.
Me sorprendió la cantidad de gente que lo ayudó durante años por el simple hecho de ser el pianista mas conocido de la polonia judía. Y si lo ayudaron, por algo fue. Fue porque aquel muchacho, joven, apuesto y valiente era una buena persona y que lo único que quería era tocar lo que mas le gustaba, el piano.
Si todo esto lo basamos en la realidad (sacando el horror de lo que fue toda la escuderia Nazi) en la vida hay que ser buena persona. No lastimar a otro. Mucho menos subestimarlo.
En la vida hay que ayudar, no dejar de lado. Hay que servir, no pelear.
En la vida hay que saber mirar, no enceguecerse en uno mismo.
En la vida hay que saber apreciar mas todo lo pequeño que hay a nuestro alrededor y menos valorar lo material. Lo vano. Lo que no sirve. Lo que en algún momento se acaba.
Amemos personas, no objetos.
Respetemos no critiquemos.
Apreciemos no descudemos.
Practiquemos la paz y no la venganza.
Permitamonos amar mas y odiar menos.
Mejoremos el mundo en vez de empeorarlo.
Todo en la vida vuelve. Y eso creo que es lo mas real que alguien podria haber dicho o escrito.
Si queremos que las cosas nos vuelvan de la forma en que queremos, seamos mejores personas. Ayuda no nos va a faltar seguro.
Si queremos que las cosas nos vuelvan de la forma mas cruel, sigamos adelante haciendo el mal en el mundo.
Y se perfectamente, que ningun ser existente quiere eso para si mismo.
Esta película me enseño a ser mejor persona de lo que puedo llegar a ser. Todo pasa. De todo se aprende. Y siempre hay que seguir caminando.
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