No sé l Pensamientos sin rumbo

A veces me pongo a pensar sin un fin. Me pongo a pensar porque escribo todo lo que escribo. Ya ni se a quien va dirigido. Si a alguien que yo quiero que me lea, a un desconocido o simplemente a mi misma.

Quizás es eso. El leer mis propios pensamientos. Poner lo que siento en palabras escritas y no dichas.

Son solo pensamientos que no tienen un sentido propio ni tampoco se porque los pienso. 

No sé. 

Solo sé, que cuando escribo lo que sea, se crea un puente entre mi alma y mi mente y las palabras son las que lo van contruyendo en cada letra escrita. 

Hoy me desperté alterada. Pero no una alteración de mal humor, sino mas bien de impacto. Impacto de lo que soñe pero no sé bien por qué. 

Me levanté fui hacia la cocina y estaba mi mamá preparando el desayuno y me dió los buenos dias con una sonrisa, como siempre. Cuando ví a mi mamá esa sentación de no se que se desvaneció. Y a partir de hoy puedo confirmar que una sonrisa puede salvarte. 

Me puse a pensar lo que me estaba pasando mientras esperaba mi taza de mate cocido y tostadas y no encontraba la respuesta. 

Al ponerme a hablar con mi mamá, me di cuenta que todo lo que me atormentó durante toda la noche, fue el tema de la muerte. Ayer, luego de haber vuelto de ver la excelentisima obra de Gabriel Rolón (uno de los mejores psicólogos argentinos, desde ya) en la cúal la muerte era el principal tema de representación, me quedó dando vueltas en la cabeza. 

En realidad no sé si lo que me atormentó fue la muerte. Simplemente que me agarró curiosidad y esa curiosidad es la que me atormentó.

Se que suena patético, pero nunca tuve tanta curiosidad por algo. Pero si algo que no tengo, es miedo. 

Tengo la capacidad suficiente como para saber que la muerte es algo natural. Injusto por supuesto, pero natural. 

Perder a alguien en tu vida te hace sentir un vacío enorme, pero hay que aprender a vivir con ese vacío. No nos queda otra. Porque la vida solo no las roba quien nos la dió. No podemos hacer ni impedir la muerte. 

La muerte es el último ciclo de la vida. Se necesita de la muerte, para un nuevo renacer. Así como nacemos, morimos. 

La vida es un reloj de arena oculto en algún lugar del universo donde la arena no deja de caer.