Cambios.
Simplemente lo pienso y no puedo creer aún que estoy a nada de finalizar una etapa de mi vida para automáticamente comenzar otra.
Aún no puedo creer como se me fueron 17 años de las manos, así de la nada casi sin poder rozarlos y todavía recién empiezo a saborear la vida. Despacito. Tratando de hacer de mis tragos amargos los mas dulces aprendizajes.
Aún no puedo creer que voy a ser “legal” . Esa mayoría de edad que creía que no iba a llegar, cada día la siento mas cerca de mí. Y por un lado me aterra, pero por el otro me da un soplo de felicidad.
Casi 18, y a penas se lo que es realmente vivir.
Casi 18 y me han pasado cosas que no me gustarían que se repitiesen. Pero no me arrepiento, por que gracias a eso, con apenas unos años vividos, esas heridas quedarán cicatrizadas en mi piel por el resto de mi vida. Heridas de errores con cicatrices de enseñanza.
Mi meta para este ultimo año como adolescente es prometerle a la Micaela que va a venir, ser cada día una persona mas fuerte. Hacer todos los días, por mas mínimo que sea, un acto solidario para ir creando una mejor persona en mí. Ser un mejor referente para mí y para la gente que me acompañan a cada paso que doy. Practicar la paz, aunque a veces cueste. Luchar por los sueños y jamás decir que no a lo que anhelo ser. Pero sobre todas las cosas que puedo llegar a desear, deseo cultivar en mí el mejor ejemplo para dar para lo que el destino me haya escrito.
Cambios, vengan cuando quieran. Que yo, los espero sin miedo.
Comentarios
Publicar un comentario